Andar en bicicleta es fácil, pero hacerlo correctamente requiere de cierta preparación, no solo física o mental sino también postural, lo que repercutirá positivamente en nuestro desempeño sobre la bicicleta y la obtención de más y mejores resultados, no solo en entrenamientos sino también en pruebas, carreras, etc.
Se sabe que cada ciclista tiene una manera particular de montar en bicicleta, pedalear, sujetar el manillar, etc., pero todos ellos, sobre todo los profesionales, tienen un amplio control sobre su postura en la bicicleta, siempre supervisada por un equipo de técnicos que asesoran cuál es la mejor para cada fisonomía.
Pero hay una norma común extensible a todos los ciclistas, sean profesionales o amateurs, la espalda debe estar siempre lo más recta posible, intentando conservar las curvaturas lógicas del cuerpo y determinado un ángulo que no tenga más de 90º entre el cuerpo y los brazos como límite máximo recomendable.
A pesar de que hay muchísimos estudios realizados sobre este tema, se ha demostrado que las matemáticas no son una ciencia exacta en cuanto a la posición sobre la bicicleta, pero sí se sabe que hay aspectos muy importantes que no debemos dejar de tener en cuenta. Por ejemplo, si tendemos a inclinar más de la cuenta el tronco, se aumenta notablemente la actividad muscular de lo que se conoce como músculos erectores, haciendo que la parte baja de la espalda se sobrecargue, pudiendo producir bastante dolor.
Si se suele pedalear de pie en muchas ocasiones, hay que saber que esta actividad requiere una mayor actividad muscular, lo que hace que ésta sea menos eficiente que si pedaleamos sentados. Por eso solamente se debe pedalear de esta forma en cortos intervalos, como por ejemplo subiendo una pendiente muy pronunciada.
Asimismo, en relación sobre la altura del sillín hay que tener mucho cuidado dado que si se lleva bajo, se fuerza el desgaste articular de la rodilla y una gran actividad muscular. Hay que intentar que el ángulo de la rodilla (habiendo puesto el pie sobre el pedal y la biela en línea con el tubo del sillín) debe estar en torno a los 150 grados, con lo que se optimiza el rendimiento para poder prevenir lesiones.
No hay nada como prevenir, molestarse un poco en saber cuál es nuestra mejor posición sobre la bicicleta, nos ahorraremos muchos problemas físicos y conseguiremos un mejor desempeño a la hora de rodar en bicicleta.
