Aunque el título de esta entrada pueda parecer que tiene una respuesta muy obvia, la posición de las piernas y su consiguiente movimiento son vitales a la hora de practicar ciclismo. Este es un aspecto que hay que controlar en todo momento porque puede que a la larga, por una mala postura, podamos ir creando un mal hábito.
Hay que fijarse bien en la trayectoria que realizan nuestras rodillas, haciéndolo de manera frontal. Debemos asegurarnos de que cuando pedaleamos deben estar lo más rectas posibles, dado que según diferentes estudios biomecánicos se ha demostrado que el mejor pedaleo es aquel en el que las piernas están completamente alineadas cuando suben y bajan.
Si se realiza alguna clase de movimiento que no tenga la verticalidad requerida, hay algo que no está bien y esto representa una pérdida de fuerza que se transmite desde las piernas a los pedales e incluso, con el paso del tiempo con una mala postura, puede derivar en una lesión que puede ir complicándose con el paso del tiempo, interfiriendo en un correcto pedaleo.
Por ejemplo, si se tiene la tendencia de pedalear con las piernas abiertas, sin ninguna o poca verticalidad, y las rodillas van entornadas hacia el cuadro de la bicicleta, podemos tener un problema porque se están generando tensiones dentro de las articulaciones tanto de la cadera como las propias rodillas, algo muy peligroso a la larga.
Diferentes estudios realizados sobre la postura de las rodillas sobre la bicicleta demuestran que si alguna persona que no tiene verticalidad de rodillas y se corrige su colocación, se va a producir una notable mejoría en cuanto a dosificación de fuerza y evitar lesiones en las articulaciones, especialmente en algo tan fuerte pero en ocasiones tan delicadas como pueden ser las rodillas.
Se dice que un altísimo porcentaje de ciclistas tienen las piernas ligeramente arqueadas a causa de los movimientos de pronación del pie, el cual trata de equilibrarse casi automáticamente haciendo que las rodillas se metan hacia adentro. Esto es otra cosa que puede corregirse, sobre todo con plantillas, calzado especial que cuenten con corrección biomecánica o cuñas especiales, lo que hará que pedaleemos de una forma más correcta.
Hay que preocuparse si se tiene ausencia de verticalidad en las rodillas, por ello con un espejo podemos vernos y tomar las medidas necesarias, nuestras articulaciones nos lo agradecerán y el ciclismo que practicaremos será mucho más natural y correcto.