El ciclismo es un deporte y un hobby y si se nos apura, también podríamos decir que se trata de una filosofía de vida con la que vamos aprendiendo poco a poco muchas de las características que rodean a este mundo que tanto nos apasiona.

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Seguro que muchos de vosotros y vosotras recordaréis aquella vez que cogisteis la bicicleta por primera vez, seguramente una bici con pequeñas ruedas a los lados para mantener el equilibrio, y también recordaréis cómo fue la sensación la primera vez que pudisteis manteneros en equilibrio sobre dos ruedas y experimentar la sensación de libertad que permitía la bicicleta.

De eso se trata en el mundo del ciclismo, de ir adquiriendo experiencia, de aprender de los errores y de conocerse tanto a uno mismo como a la propia bicicleta. Esta experiencia nos irá revelando muchos detalles que nos serán de gran utilidad, especialmente los relacionados con la mecánica. Todos y todas conocemos nuestras bicicletas a la perfección y sabemos cómo se comporta e incluso qué ruidos puede llegar a hacer en determinadas situaciones, lo que nos permitirá dar con el problema de una manera rápida.

Opción 1: Ir al taller

Hay personas que cuando tienen algún problema mecánico, llevan la bicicleta al taller y esperan que el profesional de turno solvente sus problemas, algo completamente normal; pero aquellas personas que viven para la bicicleta y que tienen algo de tiempo libre, obviamente, no llevarán la bicicleta al mecánico a no ser que sea algo completamente necesario, sino que intentarán arreglar el problema con sus medios y conocimientos.

Cuando notemos que haya un ruido que antes no escuchábamos, que la respuesta de la bicicleta no es la de antes o cualquier otro detalle, nunca está de más experimentar, buscar las causas del por qué falla e intentar ponerles solución. El método de prueba y error puede ser muy útil, pero es recomendable solo en cosas sencillas, para asuntos más complejos se debe buscar ayuda de personas más experimentadas y así evitar que un pequeño problema pueda convertirse en algo más serio.

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Pongamos el caso de un problema en el cambio, si no sabemos cómo arreglarlo; Internet o mismamente nuestros compañeros de ruta seguro que podrán echarnos una mano, de lo que nosotros también aprenderemos, para que en otra ocasión podamos solventar por nosotros mismos el problema, adquiriendo experiencia.

Opción 2: En el garaje

Si se tiene un garaje, un amplio espacio en el hogar o un bajo, se puede preparar un pequeño banco de pruebas mecánicas o un taller donde poder intentar reparar por nosotros mismos el problema que haya aparecido en la bicicleta. Para ello necesitamos contar con las cosas básicas como una mesa amplia, soportes de sujeción para la bicicleta, herramientas y sobre todo, muchas ganas de aprender.

La experiencia nos dirá que no debemos forzar ninguna parte mecánica, no apretar más de la cuenta los tornillos, mantener limpia la bicicleta, revisar las cubiertas, engrasar la cadena y todos esos detalles que poco a poco se convertirán en una liturgia periódica a base de hacer y hacer cada determinado tiempo.

Herramientas necesarias:

  • Llaves allen de 5mm
  • Alicates de corte
  • Juego de destornilladores
  • Alicates universales
  • Palancas para extraer la cámara pneumática (hay en decathlon por 2€)
  • Bomba para hinchar las ruedas (o para que te pensabas que sirve?)
  • Tronchacadenas
  • Extractor de piñones
  • Lubricante (3 en 1 en spray puede servirte)

Es importante que el lugar que hayamos elegido como nuestro pequeño taller esté bien iluminado y podamos movernos con facilidad. No hace falta que esté completamente repleto de herramientas y accesorios para la reparación de bicicletas. En muchas ocasiones sirve con el soporte para sujetar la bici y las herramientas, aunque tendremos que ser nosotros quienes “juguemos” con el espacio que tengamos disponible.

Y tú… ¿eres de los que llevan la bicicleta al taller o te gusta probar a arreglar las cosas por ti mismo?

No hay duda que cada persona es un mundo y que puede hacer con su bicicleta lo que quiera, pero ahí se encuentra una de las características que definen a una persona que tiene a la bicicleta como un medio de transporte o con el que echar unas horas uno o dos días a la semana y aquellas personas a las que la bicicleta les parece mucho más, una filosofía de vida de la que quieren ser partícipes en todo momento, incluso en lo relacionado con la mecánica.

Si eres de esas personas curiosas, que disfrutan sabiendo el por qué de las cosas y además te gusta andar en bicicleta, seguro que en más de una ocasión te habrás planteado la posibilidad de poder tener un espacio en tu casa para realizar tus pruebas mecánicas en tu bicicleta y aprovecharla al máximo para que proporcione el máximo rendimiento.

Siempre se puede encontrar un espacio donde poder hacer las reparaciones y puesta a punto de la bicicleta, tan solo hay que proponérselo y seguro que se descubrirá otra de las interesantes facetas de este deporte que cada día tiene más seguidores en todo el mundo, porque el ciclismo no es solo coger la bicicleta y pedalear, es sacrificio, compartir y adquirir experiencia, conocer el funcionamiento y cómo solventar los problemas mecánicos

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