Con la llegada del buen tiempo muchas personas se lanzan a la carretera con sus bicicletas para aprovechar la climatología y hacer escapadas que durante el resto del año no suelen hacerse. Rutas cortas, largas y más o menos exigentes, cualquier escapada es buena tanto para ir solo o mucho mejor, en un grupo de compañeros ciclistas que tengan más o menos el mismo nivel que nosotros.

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Ir sobre llano es relativamente fácil pero para aquellos que no están acostumbrados, subir un puerto de montaña puede convertirse en un hándicap, pero esta es otra de las muchas cosas que tiene el ciclismo de carretera, no siempre vamos a encontrarnos carreteras largas y rectas en una orografía prácticamente llana.

Debido a la orografía de nuestro país, las subidas y bajadas a los puertos de montaña son algo muy común y también pueden disfrutarse cuando se va en bicicleta. Por ello, vamos a daros algunos consejos para que aquellas personas que quieran probar, lo hagáis y vayáis aprendiendo poco a poco sus principales características.

Por ejemplo, es recomendable estudiar con antelación el puerto al que se desea subir. Si no se está acostumbrado a escaladas, lo más normal es elegir un puerto fácil para ir haciendo “callo” y no sobrepasar los umbrales de nuestros límites físicos, porque hay puertos que pueden resultar muy duros y ese esfuerzo no es conveniente.

Por ello hay que estudiar el puerto, saber su pendiente, conocer si tiene zonas para poder parar, repechos importantes, cambios de rasante, longitud y todos esos datos que nos permitirán conocer si estamos preparados o no para afrontarlo.

Contar con la bicicleta adecuada es primordial para no sobreexplotar el trabajo físico de nuestro cuerpo. Si llevamos una bicicleta demasiado pesada jugará en nuestra contra y será un auténtico lastre que impedirá un desarrollo normal en nuestro ascenso.

Saber tomar las curvas es muy importante y en la mayoría de puertos de montaña, las curvas son partes bastante difíciles dado que al contar con peralte hace que el desnivel aumente, sobre todo por la parte interior de éstas. Una buena idea es tomarlas siempre a buen ritmo por el exterior, aunque tengamos que rodar más, pero poco a poco iremos aprendiendo a tomarlas correctamente, algo básico tanto en ascensos como en descensos.

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La postura que tengamos sobre la bicicleta es algo primordial y ésta puede convertirse en uno de nuestros mejores aliados o en un problema de espalda. Lo más recomendable es colocar el sillín a una altura que impida que cuando demos una pedalada lleguemos a estirar por completo las piernas, la espalda debe estar ligeramente arqueada y hay que tratar de mantener tanto cuello como hombros en una posición de relax o al menos sin demasiada tensión.

No siempre se puede escalar sentado, hay tramos que exigen un poco más de esfuerzo, por lo que tendremos que levantarnos y agarrarnos bien al manillar, siempre sin llegar a forzar nuestro cuerpo porque una mala postura o un sobreesfuerzo puede hacer que aparezcan tirones musculares, contracturas, etc.

No hace falta que vayamos como auténticos demonios sobre la bicicleta yendo a toda velocidad, solo gastaremos más rápido nuestra energía y seguramente no lleguemos a coronar el puerto por ese desgaste. Es algo básico saber encontrar una buena cadencia, acorde a nuestras posibilidades físicas. No hay que preocuparse si no hemos podido subir a la primera sin parar, de todo se aprende y puede que necesitemos un poco más de fondo y entrenamiento para volver a subirlo y acabarlo sin demasiados problemas.

Con una cadencia de pedaladas óptima, que se ajuste a nuestro ritmo y posibilidades, optimizaremos al máximo nuestro desgaste físico, algo en lo que no solo interviene nuestra fuerza sino también el juego que hagamos con los platos y los piñones, lo que nos resultará de gran ayuda.

Como en todos los aspectos de una escapada ciclista no podemos olvidarnos que en esta clase de terreno nuestro cuerpo sufrirá más, por tanto debemos hidratarlo correctamente, razón por la cual puede que sea buena idea incluir otro portabidones en la bicicleta porque hay que estar muy bien hidratado. Cuando aparece el efecto de la boca seca se debe dar un trago corto, enjuagarse la boca y escupir el agua, mejorará notablemente esa desagradable sensación.

La alimentación tampoco es algo que debamos dejar descuidada dado que se trata de una actividad de gran intensidad, por lo que hay que tener una dieta rica en carbohidratos y proteínas también, sin olvidarnos de verduras y frutas.

Para finalizar, cuando se llega a coronar el puerto toca bajarlo e irremediablemente estaremos sudados, lo que hará que en el descenso notemos mucho más la sensación de frío dado que el sudor se enfriará y podríamos coger un resfriado muy fácilmente. Podemos hacer dos cosas, o ponernos una camiseta nueva, de neopreno que no deje pasar el viento o utilizar el truco más clásico del ciclismo, colocarnos bajo la camiseta o maillot un par de hojas de periódico para protegernos el pecho del viento que nos dará de lleno durante el descenso.

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